La escuela Cherwell de Oxford. ha decidido que sean los alumnos los que elijan a su profesor. Los profesores que optan a un puesto para las vacantes de docentes deben impartir una clase y después de ésta los alumnos hacen comentarios por escrito sobre el aspirante.
Según la subdirectora del colegio, Julie Stuart-Thompson, un buen profesor no se mide por su currículo sino que debe ser hábil en el aula. Los alumnos son los que tienen más relación con el profesor y por eso deben tener un papel importante a la hora de escoger cual es mejor para ellos. «Creo que, ya que ellos son nuestros clientes, debemos escuchar lo que piensan. Si esto fuera una empresa, uno no daría ningún paso importante sin una investigación de mercado», asegura la subdirectora.
Este proceso es beneficioso para la escuela y para los alumnos. No sólo se encuentra al candidato ideal, según indica Stuar-Thompson, sino que los alumnos desarrollan un sentido de liderazgo y responsabilidad y pueden ver la fortaleza y la calidad de los profesores, para poder apreciarlos más cuando sean sus maestros.
En el caso de todos aquellos que aspiren a un puesto de un grado superior en la escuela, del tipo gerencial, los candidatos participan en una entrevista realizada por un panel estudiantes de 13 años y más y por un grupo de adultos. En el caso de los cargos más altos los candidatos se enfrentan a una dura entrevista llevada a cabo por los alumnos.
El panel de estudiantes es escogido por los profesores, que les enseñan cómo deben actuar y debaten con ellos las preguntas que se harán al candidato.
Después de la entrevista el personal de la escuela evalúa la información que han escrito los alumnos. Stuart-Thompson asegura que los alumnos pueden ser muy intuitivos y que se dan cuenta de cosas que los adultos no percibe o de cosas que no se comentan”.
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