Según un estudio publicado en la revista “British Medical Journal” unas malas condiciones laborales son más peligrosas para la salud mental que el desempleo.
El informe muestra que encontrar un trabajo después de cierto tiempo en el paro mejora las condiciones mentales de la persona en una media de tres puntos. Pero en el caso de que este trabajo le ofrezca un entorno laboral negativo, el resultado será peor que antes de conseguir el empleo en cuestión.
Todo esto supone un problema, ya que si las condiciones de trabajo no mejoran, los empleados irán viéndose cada vez más afectados psicológicamente. A su vez, esto repercutirá a su trabajo, a su productividad e incluso a la actividad de la empresa en general.
Para el estudio se encuestaron a una serie de trabajadores, empleados y desempleados en aquel momento. El resultado verificó que las personas que no encontraban trabajando sufrían más problemas mentales que los que sí tenían uno.
Además, también se estudiaron los factores laborales y sociales que influían en los trabajadores, como la responsabilidad en la empresa, las situaciones de estrés, el nivel educativo o el estatus social. A partir de estos datos se descubrió que aquellas personas que sufrían unas peores condiciones laborales sufrían problemas de salud mental a un nivel similar o superior al de los desempleados.
Los gobiernos se centran mayoritariamente en las consecuencias que conlleva el paro para sus ciudadanos. Se centran en políticas para disminuir la tasa de desempleo que, si bien son necesarias, no dan pie a tratar otro tipo de problemas laborales. El estrés laboral es un problema que puede conllevar graves consecuencias, tanto para la persona que lo sufre, como para su entorno familiar, social y laboral. Por eso es imprescindible una acción inmediata para luchar contra el estrés laboral y mejorar la situación de los trabajadores.
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