Impuestos: un dolor de cabeza necesario

Ha llovido mucho desde aquellas primeras declaraciones de la Renta de finales de los setenta, que se hacían a mano y traían de cabeza a nuestros padres durante días enteros. Pero seguimos sintiendo cierta incomodidad cada vez que se acerca el mes de junio y a ninguno de nosotros nos haría ilusión recibir la visita de un inspector de Hacienda.

Sin embargo, sin impuestos no habría juzgados, ni fuerzas de seguridad, ni otros tantos servicios públicos absolutamente imprescindibles. ¿Cuáles son y en qué consisten los impuestos que pagamos? En este artículo haremos un breve resumen.

Un poco de teoría

El sistema tributario español se basa en estos principios:

  • Principio de igualdad y generalidad. No significa que todos los españoles debamos pagar la misma cantidad en impuestos, pero sí que todos estamos sujetos en las mismas condiciones al sistema tributario. No hay privilegios de nacimiento que nos eximan.
  • Principio de capacidad económica. Los ingresos de cada persona se tendrán en cuenta a la hora de exigirle más o menos impuestos.
  • Principio de progresividad. A mayor patrimonio, más impuestos pagará un ciudadano.
  • Principio de no confiscatoriedad. Los impuestos no podrán superar en ningún caso al patrimonio
  • Principio de legalidad. Solamente el Estado, a través de las leyes, tiene capacidad de fijar impuestos.

Tipos de impuestos

A grandes rasgos, existen dos clases de tributos: los directos y los indirectos. Los directos son impuestos, por decirlo así, con nombre y apellido. Los pagamos directamente nosotros y quedan registrados como aportaciones nuestras al sistema fiscal. Los indirectos se pagan de forma anónima, como resultado de operaciones comerciales y similares.

Impuestos directos:

  • IRPF (Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas). Es un impuesto proporcional, es decir, paga más quien más patrimonio tiene.
  • IRPF para no residentes (lo pagan los españoles que residen en el extranjero)
  • Impuesto sobre sucesiones y donaciones: grava las herencias y las donaciones
  • Impuesto sobre sociedades: afecta a las personas jurídicas

Impuestos indirectos:

  • IVA: Lo pagamos cada vez que adquirimos un bien o un servicio. El año que viene subirá dos puntos.
  • Impuestos sobre primas de seguros
  • Impuestos sobre el juego
  • Impuestos sobre transmisiones patrimoniales: entran en juego, por ejemplo, en la compraventa de una vivienda.
  • Impuestos especiales

Además, las Comunidades Autónomas pueden establecer otros tributos propios. Los más comunes son los impuestos medioambientales, que básicamente gravan a las empresas que más contaminan o que no gestionan sus residuos de manera adecuada.

Impuestos locales:

  • Impuesto sobre Actividades Económicas: Todas las empresas están obligadas a pagarlo.
  • Impuesto sobre bienes inmuebles: se tributa por el hecho de poseer viviendas o locales.
  • Impuesto sobre vehículos de tracción mecánica: es relativamente proporcional, ya que se tributa más o menos en función del vehículo.

Además, algunos ayuntamientos cobran otra clase de tributos opcionales: recogida y gestión de basuras, impuestos de obras, etc..

Un asesor fiscal puede ser muy útil para gestionar mejor todos estos impuestos, especialmente en el caso de que se posea una empresa, un patrimonio elevado o ingresos procedentes de distintas fuentes.

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