A pesar de la evolución constante en los lenguajes de programación, C y C++ siguen siendo pilares fundamentales en muchos planes de estudios universitarios. Esto plantea una pregunta clave: ¿por qué, cuando existen lenguajes más modernos y accesibles, las universidades continúan enseñando estos lenguajes? La respuesta radica en su importancia histórica, su fundamento técnico y el valor a largo plazo que ofrecen a los programadores en formación.

1. La importancia fundamental de C

C es ampliamente considerado como «la madre de todos los lenguajes». Lenguajes como Python, Java y Go se basan en los principios que introdujo C. Aprender C proporciona a los estudiantes una comprensión profunda de la programación de bajo nivel, la gestión de memoria y la arquitectura de sistemas. Esta base técnica es esencial en áreas como sistemas embebidos y el desarrollo de sistemas operativos.

2. Rendimiento y eficiencia

Los lenguajes C y C++ son conocidos por su rendimiento y eficiencia excepcionales. En sectores como la computación de alto rendimiento, el desarrollo de videojuegos o la programación de sistemas, la capacidad para controlar recursos de hardware es crucial. Estos lenguajes ofrecen un control total sobre la memoria y el uso de la CPU, lo que los hace ideales para situaciones donde se requiere máxima optimización.

3. Relevancia en la industria y sistemas heredados

Una gran parte del software que se utiliza en la industria financiera, sanitaria y de telecomunicaciones está construido en C y C++. Estos sistemas heredados son costosos de reescribir en lenguajes más modernos, lo que mantiene la demanda de profesionales que puedan mantenerlos. Las universidades preparan a sus estudiantes para trabajar en estos entornos, asegurando que puedan gestionar y optimizar estos sistemas críticos.

4. C++ y la programación orientada a objetos

Mientras que C se enfoca en la programación procedimental, C++ introduce a los estudiantes en la programación orientada a objetos (POO), un paradigma ampliamente utilizado en el desarrollo de software moderno. Con C++, los estudiantes aprenden conceptos clave como clases, herencia y polimorfismo, aplicando principios que pueden utilizar en otros lenguajes más abstractos como Java o Python.

5. Preparación para desafíos avanzados

C y C++ exponen a los estudiantes a aspectos complejos como la gestión de punteros y la asignación manual de memoria, temas que no se encuentran en lenguajes de alto nivel. Esto les permite desarrollar una comprensión profunda de cómo funciona el hardware, lo que los prepara para enfrentar desafíos técnicos avanzados en optimización de código y desarrollo de software de alto rendimiento.

6. Comunidad y ecosistema

Ambos lenguajes tienen una vasta comunidad y un ecosistema robusto de bibliotecas y frameworks que abarcan aplicaciones en diversas áreas. Además, siguen siendo lenguajes preferidos en competencias de programación debido a su velocidad y versatilidad. Dominarlos otorga una ventaja competitiva en concursos y desafíos algorítmicos.

7. Habilidades transferibles

Aprender C y C++ ayuda a desarrollar una disciplina rigurosa en la depuración y la optimización del código. Las dificultades que presentan estos lenguajes enseñan a los estudiantes a gestionar los detalles finos del hardware, depurar de forma efectiva y optimizar el rendimiento del software, habilidades valoradas en industrias como el desarrollo de sistemas integrados, inteligencia artificial y seguridad informática.

En resumen, las universidades siguen enseñando C y C++ porque son lenguajes fundamentales que preparan a los estudiantes para enfrentar desafíos técnicos complejos. Al dominar estos lenguajes, los estudiantes desarrollan una base sólida que pueden aplicar en el desarrollo de software moderno, garantizando su capacidad para adaptarse a nuevas tecnologías.

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Publicado por Oscar Fuente

Emprendedor en serie y business angel, fundador de IEBS Digital School. Experto en Transformación Digital, Growth Marketing, RPA y Automatización.