Formación en la empresa: trabajo y especialización en un mismo lugar

Invertir en los trabajadores es algo que a veces las empresas no hacen, pensando en que la formación es un gasto y supone una pérdida de horas laborales. Pero se ha demostrado que aquellas empresas que apuestan por la formación, ven devuelta con creces, la inversión que han hecho. Pagar un curso a un empleado puede ayudarle desde, a mejorar un idioma como a enseñarle a ser más productivo y es algo que luego repercutirá y beneficiará a su trabajo.

Los cursos de informática o manejo de algún programa específico también le servirán para ser más eficiente e introducir nuevas herramientas en su día a día. Los beneficios son muchos y se ven traducidos tanto en la productividad como en la calidad del trabajo. Lo que sí es importantísimo es que el plan de formación responda a un análisis de necesidades formativas en la empresa:

– La formación puede ser una importante motivación para el empleado. Le saca de su rutina laboral y le ilusiona al aprender nuevos conceptos.

– Mejora el rendimiento laboral y la calidad del trabajo

– Aumenta la comunicación interna y la interacción dentro del equipo

– Afianzan conocimientos y se manejan nuevas herramientas

– Sirven para detectar carencias formativas y poder cubrirlas

– Nos permiten introducir los objetivos de la empresa dentro del plan de formación

Aprovecha la Formación bonificada

Muchas empresas (afortunadamente, cada vez menos) no aprovechan los Fondos de Formación Continua Bonificada que el Estado pone a su disposición. Muchas veces es por desinformación y otras por desinterés. Sea cual sea la razón, lo cierto es que a pesar de que empresarios y trabajadores pagan más de 3.000 millones de euros al año para financiar estos fondos, no son lo suficientemente aprovechados. Pero esto también ocurre con los autónomos.

También ocurre que los cursos de formación continua están a veces poco valorados entre los trabajadores. Según un reciente estudio publicado por Hays, cuatro de cada diez empleados no está haciendo nada para ampliar su formación y sólo un tercio planea especializarse.

Lo malo es que esta especialización por la que a veces no se apuesta, es precisamente uno de los requisitos más demandados en el mercado laboral. Las empresas buscan candidatos que además de tener ciertos estudios o una carrera universitaria, hayan completado su currículum con algún máster, postgrado o curso que les haya hecho especialistas en un área concreta.

La fuga de talento, un problema con solución

Las empresas se quejan de que la fuga de talento es uno de sus principales miedos. La formación es una posible solución a este aspecto, porque permite que los trabajadores se sientan activos y rompe con su monotonía. Junto con la flexibilidad de horarios es uno de los recursos que más utilizan las empresas para motivar a los trabajadores.

Un curso para actualizar sus conocimientos en informática, unas clases de idiomas en grupo o seminarios temáticos, sirven además para generar un buen ambiente laboral y para unir al grupo.

Según una encuesta realizada por la firma Accountemps, sin embargo, constata que sólo un 29% de las empresas elige la formación como medida para incentivar a los empleados y luchar contra la fuga de talento.

Las opciones son muy variadas. Hay empresas que contratan directamente a profesores que acuden a las oficinas para dar las clases, o facilitan el acceso a un centro de formación. Pero lo que está ganando cada vez más peso es la formación online. Las organizaciones financian cursos y masters a sus empleados, que pueden hacer a través de Internet, desde cualquier lugar y fuera de la oficina.

Portada- Formación Continua, la importancia de un aprendizaje permanente

[busqueda cursos=»Masters Profesionales, Masters, Postgrados, Cursos de Recursos Humanos, Cursos de Coaching»]

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