Carreras de tres años y masters públicos en 2007

Carreras más cortas (de tres a cuatro cursos) y una amplia gama de masters con carácter oficial y precio público. Son las principales novedades que trae consigo el futuro Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). El nombre encierra la reforma completa de los sistemas universitarios en más de 40 países europeos.

Todos ellos deben adaptar sus actuales modelos antes de 2007, tres años antes de la fecha pactada por los ministros de Educación europeos en septiembre de 2003 en Berlín. En esta reunión se sentaron las bases definitivas de la reforma, como la estructura de los estudios en dos ciclos o la adopción de una nueva medida para evaluar a los alumnos con criterios más prácticos: los créditos ECTS. Los bosquejos previos a tanto cambio ya se habían trazado en París (1998), Bolonia (1999) y Praga (2001). La próxima cita será en Bergen (Noruega) en mayo.

Los ministros quieren acudir a la cita con los deberes bien hechos. Por eso, son ya pocos los países que no han aprobado la nueva estructura de las carreras. España acaba de hacerlo a través de dos reales decretos: los que regulan los estudios de grado y posgrado, las dos nuevas modalidades universitarias. En palabras de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, estas normas suponen «un impulso muy importante a la dimensión de los estudios universitarios en España, que permitirá a nuestros estudiantes construir con más flexibilidad, ambición y perspectivas su propio currículo y, por tanto, su futuro».

Es uno de los objetivos del proyecto: flexibilizar la educación recibida por el alumno, de manera que sea éste el que decida dónde y cómo quiere formarse. El futuro marco permitirá que un estudiante inicie la carrera de Económicas ?reconocida y con igual estructura y carga lectiva en toda Europa, al contrario que ahora, donde cada país decide qué modelo educativo implanta en Madrid, la continúe en Colonia y la ponga fin en Viena, sin necesidad de recurrir a interminables papeleos para homologar asignaturas o títulos.

El EEES también pretende facilitar la movilidad entre el personal docente e investigador europeo, de forma que se posibilite su intercambio. En definitiva, se busca la equiparación educativa, es decir, la traducción de lo que vino a ser el euro en el plano económico.

Y en esta carrera, ¿parte algún país con ventaja? «En algunos, como en el contexto anglosajón, la adaptación es menos severa, aunque todos están haciendo un esfuerzo importante», analiza Ignacio Javier Alfaro, director de la Oficina de Convergencia Europea de la Universidad de Valencia. El experto no cree que ningún estado lidere la clasificación «porque lo que se pretende es defender esa riqueza que da la diversidad universitaria europea, manteniendo, eso sí, criterios de transparencia, reconocimiento mutuo y movilidad».

Al docente, más que la armonización, le preocupa la calidad de los estudios y su capacidad de respuesta ante las demandas sociales. Es la otra vertiente de la convergencia: acercar el mercado laboral a los jóvenes licenciados. Para lograrlo, se cuenta con estas herramientas:

TÍTULO DE GRADO

Es el primer nivel universitario y tendrá una duración de entre tres y cuatro años (180-240 créditos ECTS), viniendo a sustituir a las actuales diplomaturas, arquitectura e ingeniería técnica. Su objetivo es hacer que los alumnos alcancen la capacitación para integrarse en el mundo laboral. Profundiza en él Juan Vázquez, presidente de la Conferencia de Rectores Españoles (CRUE): «Este título pretende crear un trayecto más rápido para llegar al mercado laboral, ya que tras tres o cuatro años de estudios, el alumno ya está capacitado para trabajar».

La rebaja en la duración de las carreras ha sido muy criticada en nuestro país, con una de las estructuras universitarias más alejadas de las directrices europeas. Muchos de los responsables de estudios como Historia, Filología o Ingeniería de Caminos (cinco o seis años) creen que la reducción restará calidad. Alfaro especifica: «Hay que desligar la calidad de planteamientos que la relacionen con la mayor o menor cantidad de contenidos que se pueden introducir en tres o cuatro años. El cambio está en que no se pretende enseñar a los alumnos todo lo que van a necesitar durante su vida porque la sociedad del conocimiento avanza». Al contrario, el propósito es lograr que sigan formándose.

MASTER Y DOCTORADO

El segundo ciclo lleva por nombre posgrado y se divide en dos: master y doctorado (entre 60 y 120 créditos ECTS, es decir, uno y dos años). El primero de ellos nada tiene que ver con los masters que conocemos en España, sino que tendrá carácter oficial y su financiación correrá a cargo de las arcas públicas.

El segundo, en cambio, poco se diferencia de los doctorados que actualmente se pueden cursar en España. «Con el grado, los alumnos podrán acceder al mercado laboral. El posgrado, en cambio, pretende seguir formando a los que así lo deseen, logrando la especialización», explica Vázquez. El también rector de la Universidad de Oviedo cree que así se modernizará la educación superior, acercándola a las necesidades sociales. Eso sí, siempre que «se acierte con la elección de las carreras, ya que ahora debemos debatir cuáles se mantendrán, desaparecerán, se fusionarán…».

CRÉDITOS ECTS

Es la nueva unidad de medida académica y equivaldrá a entre 25 y 30 horas de trabajo del alumno, no sólo de asistencia a clase, como ocurre ahora. En ellas se incluye la preparación de exámenes, la realización de trabajos, las prácticas… «Si no se entiende que la clave está en pasar de un modelo centrado en la actividad del profesor a otro orientado hacia el aprendizaje del estudiante, difícilmente conseguiremos adaptar nuestro sistema educativo», dice Alfaro.

FINANCIACIÓN ESCASA

Es la asignatura pendiente de la convergencia. El Gobierno ha presupuestado 6,6 millones de euros para abordarla, aunque los rectores piden más recursos. Resume la petición Vázquez: «No se puede pensar que la reforma va a salir gratis. Tampoco que con la aprobación de los decretos de grado y posgrado está todo hecho. Hemos perdido mucho tiempo y ahora se debe trabajar con diligencia y apoyar el proceso económicamente».


MÁS FACILIDADES PARA LA HOMOLOGACIÓN

El Consejo de Coordinación Universitaria acaba de aprobar el proyecto para facilitar la homologación de estudios extranjeros, una antigua demanda de la comunidad universitaria, cansada de que el tiempo invertido en estudiar fuera no sirva de nada una vez en España. El objetivo es reducir el papeleo, suprimiendo la necesidad de homologar los títulos de grado para acceder a los de posgrado. Aun así, el presidente de los rectores españoles, Juan Vázquez, pide a Educación que introduzca «cautelas» en el proyecto para que no se comentan errores, ya que las universidades podrán convalidar directamente los estudios para los que el Gobierno no marca directrices propias (máster y doctorado).

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