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Todos hemos sentido alguna vez ese sudor frío que recorre tu cuerpo momentos antes de hablar delante de un auditorio repleto de gente expectante (o no) por lo que tienes que decirles. Ese miedo a hablar en público parece ser algo innato al ser humano, pero bien es cierto que con una formación y una buena práctica podemos darle la vuelta a esta problemática completamente. Y es que a comunicarse, solo se aprende comunicando. Aquí os facilitamos las 7 claves para hablar bien en público:
Gestiona bien tu tiempo
Lo primero que debes saber antes de planificar tu discurso es cuánto tiempo vas a estar hablando. Cabe tener en cuenta que jamás se debe superar el margen de tiempo que se nos ha otorgado, incluso puede ser positivo emplear un tiempo inferior para el discurso y de esta manera facilitar un turno de preguntas. Recuerda que cuando expones no tienes que explicar todo sino aquello que es más relevante.
Ten en cuenta tu auditorio
Conocer bien cuál es el perfil del público al que nos enfrentamos es clave para encontrar la mejor manera y la locución adecuada para realizar la ponencia y a la vez poder prevenir posibles preguntas a las que te puedan someter tus interlocutores una vez hayas finalizado. Hay que tener en mente que no es lo mismo exponer delante de un grupo de jóvenes o un grupo de empresarios. También es muy importante intentar recoger el máximo de información posible para que podamos conocer bien el lugar donde realizaremos nuestra charla y tener en cuenta elementos como si es un lugar frío o cálido, si los asientos son cómodos o no, si dispone de micrófono o la voz es el único instrumento del que se dispone…
Motivación ante todo
La actitud es un elemento fundamental a la hora de vaticinar el éxito o el fracaso de nuestra intervención. Sonreír al auditorio, realizar variaciones en la tonalidad de voz para evitar la monotonía, gesticular con las manos y dar enfasis en aquellos momentos en que se quiera remarcar algún concepto son las herramientas que te ayudarán a cautivar a tu público y a metértelos en el bolsillo desde el primer momento.
Elementos de apoyo al discurso
Las imágenes y vídeos no deben ser el hilo conductor de aquello que expones, pero si un refuerzo potente para el contenido. Todos los estudios que se han realizado sobre esta temática afirman que el público desconecta entre los 15 y 20 minutos después del inicio de la ponencia, ese es el momento ideal para introducir el material audiovisual que apoyará tu discurso.
Directo al grano
Independientemente del tiempo del que dispongas, es muy importante que a la hora de plantear un discurso tengas una estructura de organización clara y que te centres en seguirla, evitando así salirte del hilo pautado. También es interesante que tengas en cuenta estos tres conceptos: anticipar la idea de tu mensaje, desarrollarla y finalmente recapitular en la información de más relevancia que has expuesto.
Muéstrate dinámico
Los nervios pueden jugarte una mala pasada y hacer que te quedes paralizado cual estatua delante de la audiencia. Ante todo, que no cunda el pánico. En cuanto al movimiento, no hay una respuesta definida, no es conveniente estar paralizado pero tampoco es necesario moverse por el auditorio como si fuera un circuito de Fórmula 1. La cuestión es mostrar dinamismo: mover las manos, desplazarnos por el escenario con naturalidad y actuar de una manera u otra en función del público.
Preparación y practicar, practicar y ¡practicar!
Preparar a conciencia lo que se quiere decir y ensayar, son el último paso a tener en cuenta. Como se ha dicho al inicio de este artículo, «a comunicar se aprende comunicando«, si te muestras constante y decidido verás como poco a poco ganas naturalidad, poder de convicción, credibilidad y confianza en ti mismo.
Fuente: Universia.
