Que las redes sociales implican mucho tiempo no es ningún secreto. Que hay gente que le dedica demasiado, tampoco. Lo que es novedad es que se ha demostrado que puede llegar a crear más adicción que el propio tabaco. Así lo indica un estudio elaborado por la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago en Estados Unidos.
Para realizar esta evaluación el equipo de esta escuela ha analizado la respuesta de 205 personas de la ciudad alemana de Würtzburg con edades comprendidas entre los 18 y los 85 años. Los investigadores notaron que conforme avanzaba el día, la fuerza de voluntad iba decreciendo y debilitándose y la tentación de revisar sus tweets aumentando. El principal problema es que este hecho no es percibido como una adicción porque no genera gasto ni es una acción peligrosa.
De hecho ya existe una patología para las personas que viven con el miedo de no llevar el móvil encima: la nomofobia. Aunque hay actividades fisiológicas que generan impulsos más fuertes, como el sueño o el sexo, los investigadores han demostrado que las personas son más propensas a ceder ante las necesidades digitales. Esto puede incluso llegar a afectar a la vida social de las personas con esta adicción, ya que suelen estar más atentos a los tweets que a las conversaciones que están teniendo físicamente.
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