Las universidades españolas tienen que adaptarse a la Declaración de Bolonia, texto que impregna el proceso de construcción del espacio educativo superior común de la Unión Europea. Los campus que vayan a estrenar carreras en 2008 han de presentar sus propuestas al Consejo de Universidades para comprobar si se adaptan a los requisitos legales establecidos para competir en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES).
El 15 de febrero es la fecha límite para presentar las propuestas de títulos adaptadas a los principios de Bolonia, que fueron suscritos por 46 países, los que ofrecerán a alumnos y estudiantes la posibilidad de competir en igualdad de condiciones.
Las universidades ya sólo disponen de dos años para adecuar sus planes a las nuevas exigencias. En el curso 2010-2011 ya no podrán admitir alumnos de nuevo acceso en primer curso de las actuales diplomaturas, licenciaturas, ingenierías y arquitectura. No hay que olvidar que 2010 es el año elegido para implantar el EEE. Este espacio universitario abierto no significa que los estudios deban ser idénticos en todos los países, pero sí han de ser comparables.
Profesiones reguladas
La nueva estructura universitaria española encierra importantes novedades, de las que dos destacan sobre el resto. Por un lado, desaparecen las actuales nomenclaturas y, por otro, el catálogo oficial de títulos. Las actuales diplomaturas, licenciaturas, ingenierías y arquitecturas se engloban en el grado, de 240 créditos (cuatro años), salvo en los casos de Medicina (seis años), Veterinaria y Arquitectura (cinco años), que están sometidas a directiva europea y deben incluir en sus programas unos requisitos específicos para garantizar la preparación adecuada de sus titulados.
Otro tanto ocurre con las carreras que capacitan para profesiones reguladas. Hasta ahora, el Ministerio de Educación sólo ha aprobado los requisitos específicos de los grados de Maestro de Educación Infantil y de Primaria y los del Máster de Profesor de Secundaria (ESO, Bachillerato y Formación Profesional).
Las ingenierías que forman para profesiones reguladas también será objeto, tras largas polémicas de tratamiento especial. Con carácter general las atribuciones de los actuales ingenieros técnicos residirán en el Grado, mientras que las de los superiores se impartirán a través de un Máster de dos años con directrices específicas propias.
El actual catálogo de títulos es sustituido por un registro de centros y enseñanzas en el que se inscribirán los títulos una vez que hayan superado todos los filtros previstos. La Declaración de Bolonia pretende fomentar la movilidad de alumnos y profesores entre países.
Las universidades podrán ofrecer cuantas carreras estimen oportunas de acuerdo con las características de su entorno, las tendencias del mercado y las singularidades que quieran otorgar a sus campus. También podrán impartir titulaciones conjuntas con otras universidades españolas o extranjeras. Es lo que se conoce ya como títulos a la carta.
Formación básica
Entre las novedades de la nueva Universidad aparecen también los créditos de formación básica, un modelo que recuerda a los cursos comunes de antiguos planes de estudios. Su objetivo es permitir al alumno cambiar de rumbo una vez que ha comenzado una carrera sin partir de cero en la nueva y facilitar la creación del propio perfil profesional.
La nueva normativa europea obliga a los campus a adoptar formas de enseñar y aprender más participativas
Según lo previsto, el plan de estudios de Grado debe contener un mínimo de 60 créditos de formación básica para los títulos adscritos a una misma área de conocimiento. Al menos 36 de estos créditos estarán vinculados a áreas de conocimiento en que se agrupan las enseñanzas (Humanidades, Ciencias Sociales y Jurídicas, Ciencias de la Salud. Ciencias e Ingenierías y Arquitectura). Esta formación básica o inicial se impartirá necesariamente en los dos primeros años de la carrera y se concretara en asignaturas de al menos 6 créditos). El resto, hasta completar los 60, se configurará con materias de la misma o de otra ramas. El Grado, que concluirá con un trabajo de fin de carrera, capacitará para el mercado laboral y facilitará el acceso al máster, segundo nivel del sistema universitario. El tercer tramo será el Doctorado, al que se llegará desde el máster.
Personal académico
Al solicitar una nueva carrera, las universidades deben presentar una memoria. En ésta se especificará, entre otros asuntos, todo lo relativo al personal académico y se exige detallar el profesorado, así como otros recursos humanos necesarios y disponibles para garantizar el desarrollo del plan de estudios.
El nuevo plan obligará, además, a las universidades a impartir clases más reducidas en cuanto a número de alumnos y más participativas, para lo cual será preciso que tanto alumnos como profesores emprendan un cambio de mentalidad. En el proceso el «e-learning» cobrará protagonismo. Y, aunque un 80% de las universidades tiene desarrolladas tecnologías educativas de apoyo a la docencia, la evolución se augura lenta, sobre todo en lo que respecta a aquellos profesores menos familiarizados con el uso de las nuevas tecnologías.
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Emprendedor en serie y business angel, fundador de IEBS Digital School. Experto en Transformación Digital, Growth Marketing, RPA y Automatización.