Todo e-learning es Educación a Distancia (EaD), aunque, obviamente, no toda Educación a Distancia es e-learning. En cualquier caso, el bosque semántico existente en torno a esta realidad es excesivamente fecundo y quizás, por esa misma razón, extremadamente confuso también.
Así sucede que, junto al nombre de la institución (universidad, centro, instituto, colegio, corporación, unidad, departamento, facultad, escuela, empresa…); del programa o curso (área del saber o competencia profesional) o de la actividad docente o discente (educación, formación, enseñanza, instrucción, capacitación, estudio, aprendizaje…), se vienen agregando, bien como prefijo (tele, y ahora la e de electrónico) o como complemento o adjetivo (distancia, abierto, virtual, en línea, basado en Internet o en la web, mediado por el ordenador, la telemática o la tecnología, electrónico, distribuido, colaborativo, entorno o ambiente virtual…), una serie de condicionantes, determinantes o delimitadores de lo que queremos decir cuando de educar, enseñar, aprender, etcétera, se trata.
Pues bien, desde una perspectiva no restringida, a todas estas formulaciones las podríamos integrar dentro de la denominación matriz de Educación a Distancia (EaD).
Una de esas denominaciones ahora hace furor en este negocio en el que se ha convertido la Educación a Distancia. Nos referimos al e-learning, así escrito, en inglés.Esta formulación, e-learning, desde nuestra opinión, se está imponiendo de manera exagerada y los estudiosos de estos temas, hispanohablantes, poco hacemos por evitarlo.
Con e-learning, en traducción literal estaríamos hablando de aprendizaje electrónico. Suponemos que deberíamos entender, aprendizaje generado o mediado por las diferentes tecnologías basadas, de una u otra forma, en soportes electrónicos. Es decir, desde esta perspectiva, hablaríamos de e-learning cuando la radio, la televisión, el audio o el vídeo, los soportes digitales, Internet, o cualquier otro sistema que utilice componentes electrónicos, son usados como mediadores del aprendizaje, ¿o no?
Pues no, no es ése el significado que dan a este término las instituciones y empresas que lo vienen utilizando. La mayoría de caracterizaciones o conceptualizaciones de este término llevan, en casi todos los casos, a considerar a esta forma de enseñar y aprender como una manera de educación, formación, enseñanza, instrucción…, o aprendizaje a través de Internet. Y ello, suponemos, porque la Red puede integrar a los restantes formatos electrónicos, de almacenamiento de contenidos o de comunicación, diseñados para el aprendizaje.
MODALIDADES APRENDIZAJES. Por eso, si lo que parece que queremos significar con e-learning es el hecho de aprender con la mediación de Internet, digámoslo claro: aprendizaje (enseñanza, educación, formación…) mediado/a por (a través de, mediante, basado en…) Internet (web).
Por otra parte, cuando hablamos de educación nos estamos refiriendo a un proceso de optimización en el que, a través de la enseñanza (en sus múltiples formatos) el educando logra aprendizajes valiosos. Es decir, contemplamos la enseñanza y el aprendizaje, aunque eliminaríamos del concepto de educación aquellos aprendizajes considerados dañinos o no valiosos.
Pues bien, a aquellas siglas EaD (Educación a Distancia) que con frecuencia venimos utilizando y en las que, según nuestra opinión caben todas las modalidades antes aludidas, las podríamos convertir en EaD para significar la forma más actual de hacer educación a distancia, la Enseñanza y Aprendizaje Digitales. Recogemos así tres términos fundamentales.
En lugar de e-learning, o aprendizaje electrónico, a solas, deseamos extender el hecho de aprender, a la necesidad y posibilidad de enseñar. Es cierto que lo que debe importarnos más es el efecto de la enseñanza, es decir, donde debemos centralizar nuestro interés es en el aprendizaje, pero no estará de más el que no nos olvidemos de la enseñanza, del docente.
Es verdad que éste durante siglos se convirtió en el protagonista, olvidándose de que se podía enseñar sin estar generando aprendizaje. Aprender, ésa es la clave, pero probablemente se logrará con buenos diseños, con excelentes docentes, con métodos apropiados, con incentivos puntuales, etcétera.
DOCENCIA DE CALIDAD. Es decir, si garantizamos una enseñanza, una docencia de calidad, el beneficiado final de este proceso será el que aprende. De ahí nuestro ferviente deseo de no olvidar el término enseñanza. Además, hemos de reconocer que cuando se habla de herramientas para el e-learning en realidad lo que se están proponiendo más certeramente son instrumentos para la enseñanza.
En cuanto al término digital, señalaremos que tanto los formatos impresos, como de audio y vídeo, como los sistemas de comunicación, habituales en la educación a distancia de generaciones anteriores, pueden hoy digitalizarse, es decir, llegar a convertirse en dígitos -números-, muchos ceros y unos combinados convenientemente.
En efecto, ésa es la forma más actual de EaD, aquella que traslada los contenidos educativos a soportes digitales y gestiona la información y la comunicación a través, igualmente, de dichos medios. El de digital lo entendemos como un concepto más delimitador que el de electrónico, dado que de componentes electrónicos disponen otras tecnologías no digitales.
Pues bien, esa es nuestra propuesta, denominar a esta forma de enseñar y aprender como Enseñanza y Aprendizaje Digitales (EAD), significándola, sencillamente, como un formato de educación a distancia basado en soportes y redes digitales.
Clarificado esto, nos preguntamos qué debería contemplar, desde nuestro punto de vista, un buen sistema de e-learning o, mejor dicho, de Enseñanza y Aprendizaje Digitales (EAD).
Entendemos que debería reunir cuatro condiciones básicas: contenidos de calidad, tutoría integral, comunicación multidireccional y plataforma o entorno virtual fiables.
Desde hace más de dos décadas, venimos exigiendo a los sistemas más convencionales de Educación a a Distancia el cumplimiento de las tres primeras características citadas anteriormente.
Sin embargo, lo que sucede es que en los entornos digitales, esas tres características pueden verse potenciadas.
Los contenidos pueden enriquecerse gracias a la diversidad de formatos en que pueden ser presentados en diferentes soportes (texto, imagen, audio, vídeo?), integrados en los denominados hipermedia de alto contenido interactivo.
Por su parte, la tutoría en estos entornos digitales supone un servicio casi permanente para el estudiante, que tiene abierta de par en par la puerta del despacho del tutor 24 horas, los siete días de cada semana.
Una buena tutoría en estos sistemas, jamás debería retrasar una respuesta a un estudiante más allá de 24 horas (48 si existen fines de semana o festivos de por medio).
NUEVAS FORMAS DE ENSEÑAR. La comunicación multidireccional hace referencia a una de las virtualidades fundamentales de estos sistemas de enseñanza y aprendizaje en entornos digitales. La constitución de comunidades de aprendizaje soportadas en estos entornos -mal denominadas comunidades virtuales-, se viene mostrando como una de las apuestas más ventajosas de estas nuevas formas de enseñar y aprender.
Por último, aunque no nos olvidemos que con recursos limitados pueden experimentarse procesos de enseñanza y aprendizaje basados en la web, lo ideal sería poder contar con una plataforma o entorno virtual que, como mínimo, posibilitara anclar allí los contenidos en sus diferentes formatos, ofrecer todas las posibilidades existentes de comunicación síncrona y asíncrona, facilitar los trabajos en equipo, así como los procesos de evaluación y de gestión de alumnos.
Lorenzo García Aretio es titular de la Cátedra UNESCO de Educación a Distancia(UNED).
Emprendedor en serie y business angel, fundador de IEBS Digital School. Experto en Transformación Digital, Growth Marketing, RPA y Automatización.