Septiembre se ha convertido en el mes del síndrome postvacacional por excelencia. Se le denomina síndrome postvacacional a la sensación de apatía, cansancio y tristeza que vivimos las personas al incorporarnos a nuestros deberes cotidianos tras un periodo de vacaciones. Es normal que volver a madrugar los lunes y retomar las responsabilidades de los estudios nos pongan tristes durante los primeros días. El problema, o síndrome postvacacional, surge cuando tras dos semana de incorporación esta sensación persiste y no conseguimos adaptarnos a la nueva rutina.
No obstante, los psicólogos aseguran de que no se trata de un síndrome ni una enfermedad ni nada por el estilo. Es un simple desajuste temporal de los hábitos y un periodo de adaptación a una nueva realidad que posiblemente nos guste menos que la que acabamos de vivir.
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Síntomas del síndrome postvacacional
¿Cómo saber si sufres síndrome postvacacional? En general te será bastante sencillo identificar este mal. Aquí te detallamos los principales síntomas de este estado apático.
–Te sientes extremadamente desmotivado. No sólo hacia los estudios sino que también hacia otras actividades que hasta ahora considerabas de ocio, como pueden ser las extraescolares deportivas.
–Te sientes débil. Cualquier contratiempo se te vuelve una montaña y te ves incapaz de afrontar los retos diarios con fuerza.
–Estás irritable y tienes cambios de carácter bruscos. No hay quien te aguante y cualquier chorrada te molesta sobremanera.
–Tienes dificultades para concentrarte. No consigues concentrarte en las nuevas materias de estudio, es como si te hubieses quedado en Babia.
–Molestias musculares y dolores de tripa. Esta es la parte psicosomática del síndrome postvacacional. Tu cuerpo se ha desacostumbrado a la rutina habitual y te recuerda que en la hamaca de la piscina estaba más agusto.
–Pérdida del apetito: Cuando desarrollas una apatía y desmotivación excesivas, puede pasar que pierdas el apetito.
El perfil del estudiante propenso a sufrir Síndrome Postvacacional
Este síndrome suele manifestarse más fácilmente en un perfil concreto de estudiantes ¿Eres una persona propensa al síndrome postvacacional?
-Los estudiantes más perfeccionistas y obsesivos son los que más probabilidades tiene de sufrir este síndrome postvacacional. Suelen ser los que más se exigen a sí mismos durante el periodo académico, por lo que la vuelta a las clases les supone un estrés extra que otros estudiantes no suelen experimentar. Otro perfil común es el del estudiante sensible, a quien sus emociones y estados anímicos afectan en exceso.
–Los estudiantes menos motivados o satisfechos con sus estudios padecen el síndrome con mayor facilidad. Es lógico que si las materias que cursas o los profesores con los que tratas te parecen interesantes, la adaptación al estudio será mucho menos traumática. La motivación es clave a la hora de afrontar el nuevo curso académico.
-Los estudiantes poco integrados en los grupos sociales del centro. Tener un grupo social fuerte con el que compartir el día a día en clase ayuda a vivir la vuelta a clase más positivamente. Si además de retomar los madrugones y la rutina, no soportas a los que ves cada día, la adaptación será mucho más dura.
-Los estudiantes que no han tenido que estudiar durante el verano. Si hemos tenido que prepararnos para los exámenes de septiembre, habremos tenido una menor sensación de vacaciones, por lo que seremos menos conscientes del cambio. Al tener que estudiar no hemos conseguido desconectar del todo por lo que el trauma es mucho menor.
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He aquí algunos consejos y trucos para superar el síndrome postvacacional cuanto antes e incorporarnos a la rutina sin mayores problemas.
–Disfrutar de nuestro tiempo de ocio aunque volvamos a la rutina. Que el verano haya terminado no significa que la diversión haya llegado a su fin. Es importante encontrar el equilibrio entre la vida académica y la personal. Cuando salgamos de clase o acabemos los deberes es muy importante que realicemos actividades que nos generen placer y bienestar. Darnos más caprichos de lo normal durante este periodo de adaptación también queda justificado.
-Es importante sacarle todo el partido posible a las vacaciones. Antes de volver relájate, haz todo lo que te apetezca y visita a todos aquellos que necesites ver. Volver al estudio con la sensación de no haber aprovechado las vacaciones es lo que más nos frustra.
–Reestablecer los horarios de descanso y comida. Es muy posible que tras las vacaciones nuestros hábitos de dormir y comer hayan quedado algo desajustados. Es importante volver a establecer horarios fijos de descanso y alimentación.
-Si veraneas en un lugar distinto a donde estudias, es importante no volver al lugar de los estudios el mismo día que reanudan las clases. Es importante tomarse unos días de margen para que la vuelta a la rutina sea más progresiva.
-Hacer deporte y utilizar técnicas de relajación. Es importante mantener nuestro cuerpo y mente en la mayor harmonía posible para tener una actitud positiva hacia los cambios que debemos enfrentar. Relativizar las cosas y ser capaces de afrontarlas con una sonrisa es clave para afrontar el final de las vacaciones.
Recordamos que el síndrome postvacacional es un mal menor y que los psicólogos ni siquiera lo consideran un problema psicológico. No te lo tomes como algo grave, quítale importancia y verás cómo se pasa sin que te des cuenta.
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Emprendedor, Empresario, Inversor y Busines Angel en el sector TIC de las TI. Fundador de más de 10 empresas y experto en Transformación Digital, Growth Marketing, RPA y automatización.
