Tanto en el caso de salir de una experiencia de trabajo anterior, como en el caso de búsqueda del primer empleo, existen diversas posibilidades de ingreso al mercado laboral. Para el estudiante o el recién titulado recién sin experiencia, las prácticas de trabajo en su país de origen o en el extranjero constituyen una de las salidas más lógicas a la hora de dar sus primeros pasos en el mercado laboral. Además, las prácticas remuneradas, al igual que el trabajo voluntario, tienen el valor añadido de funcionar como la primera «experiencia profesional» de los candidatos.
La empresa privada y la administración pública son los principales generadores de empleo, de allí que todos los buscadores de empleo se planteen dos conceptos fundamentales: trabajar como asalariado en una empresa privada o hacer una oposición y ser funcionario. Los conceptos son muy diferentes, por lo que también varía la forma de alcanzar el éxito.
Cada una tiene su sistema, sus trucos, sus caminos, lo que se debe hacer, lo que se puede hacer y lo que nunca conviene hacer. En cualquier caso, es necesario saber las pautas que hay que seguir, las prioridades, el orden de actuación, el modo de comportamiento y la actitud que se debe tomar en cada caso.
EMPLEO PRIVADO
Las empresas privadas son las principales generadoras de empleo y de riqueza. Las empresas tienen como uno de sus objetivos fundamentales generar beneficios. Por ello, sus productos tienen que ser competitivos en el mercado. La ecuación es simple, la empresa debe ingresar más dinero del que se gasta en la producción de los bienes que genera o de los servicios que ofrece.
Con esta perspectiva es como las empresas privadas desarrollan su infraestructura laboral y productiva. Las personas que trabajan en una empresa privada saben que de su buen hacer depende en parte el éxito de este planteamiento. Hay que producir más y mejor que la competencia para posicionarse adecuadamente en el mercado. La lucha es diaria y no se pueden permitirse errores que inviertan la tendencia del beneficio.
Los empresarios saben que el capital humano es uno de los principales activos con los que cuentan para conseguir el éxito empresarial. Por ello, los trabajadores responsables, cualificados y que asumen la empresa como suya tienen muchas posibilidades de éxito y de incorporarse a los puestos de trabajo que ofrecen las empresas privadas.
Un empresario valora a un trabajador por el beneficio que aporta al conjunto de la organización. Por ello, en los procesos de selección de personal, el empresario intentará captar para su empresa al trabajador que mejor se ajuste en su esquema de trabajo y el que más beneficio pueda aportar. El objetivo del candidato a un puesto de trabajo es demostrar al empleador que él es esa persona.
EMPLEO PÚBLICO
El Empleo Público es el resultado de determinar y cubrir, con carácter anual, las necesidades de personal para la Administración Pública: Comunidades Autónomas, Administraciones Locales y Administración del Estado.
Para acceder a la función pública es necesario superar unas oposiciones. Teóricamente, gracias a este sistema, acceden los mejores candidatos que se presentan. El mayor enemigo a la hora de aprobar una oposición es el elevado número de opositores que concursan. No obstante, la seguridad que da firmar un contrato para toda la vida con el Estado, a pesar de no tener sueldos elevados, en tiempos en los que el contrato indefinido está abocado a desaparecer, justifica convertirse en un opositor. Por otra parte, el ingreso en
la Administración abre posibilidades de desarrollar una carrera administrativa, permitiendo una movilidad tanto departamental como geográfica, aunque es un proceso lento.
PRÁCTICAS DE TRABAJO
La opción del trabajo en prácticas es única y exclusiva para estudiantes y titulados sin experiencia, esto es, que no han tenido, hasta el momento, la oportunidad de demostrar su habilidad profesional.
Las prácticas en empresas existen en muchos de los modelos universitarios. En España hay, cada vez más, una mayor actividad en este sentido. El camino lo iniciaron, hace ya algún tiempo, las Escuelas Politécnicas y, posteriormente, los estudios empresariales. En la actualidad, las prácticas se han ido extendiendo hacia todos los ámbitos formativos. Hoy puede decirse que no existe ningún campo en el que estas prácticas no se puedan producir.
La realización de prácticas en empresas durante la carrera universitaria sirve a los objetivos de la reforma LOGSE, orientada tanto a flexibilizar las enseñanzas, como a vincular la Universidad con el mundo empresarial.
Lo más importante es que la realización de prácticas empresariales permite al alumno la posibilidad de obtener un currículum más completo y, al mismo tiempo, la primera toma de contacto con la realidad que le espera tras la finalización de los estudios. Además, una de las ventajas más importante de la realización de prácticas es la posibilidad de pasar a formar parte de la plantilla de la empresa.
Las prácticas en empresas se incorporan a los planes de estudio en 1981. El Real Decreto sobre Programas de Cooperación Educativa estableció un marco legal que posibilitaba la participación de las empresas en la formación universitaria. En este sentido, y a partir de un convenio entre las universidades y las empresas, los programas se articulan para estudiantes de los dos últimos cursos, que destinan la mitad del tiempo a sus estudios y, la otra, a la actividad que desarrollen en la empresa. Las posibilidades ofrecidas por esta norma se han implantado con éxito por varias universidades.
En la misma línea, los Programas de Formación en Alternancia, financiados por el INEM y destinados a proporcionar cualificación práctica a estudiantes universitarios de los últimos cursos, intentan favorecer la incorporación de estos estudiantes al mercado laboral.
Las empresas valoran mucho la experiencia profesional adquirida durante la época de estudios.
Cuanto mayor y más variada, mejor. Para los encargados de recursos humanos, el simple hecho de que un candidato consiguiera realizar prácticas durante sus estudios, denota interés e iniciativa en la persona. Esa inquietud por poner en práctica los conocimientos adquiridos durante los estudios, o el simple hecho de ver de cerca el mundo profesional, es muy positivo en la selección de personal.
Actualmente, no es muy sencillo realizar prácticas, incluso cuando no reciben remuneración. El mayor contrasentido es que para realizar prácticas en algunas empresas exigen cierta experiencia profesional. Pero no hay que desanimarse.
Cada vez son más las empresas que firman convenios con universidades y centros de estudios para ofrecer prácticas a sus alumnos. Estableciendo, claro está, ciertos requisitos para la elección de las personas. Lo más habitual es una cierta puntuación en base al certificado de calificaciones. En otros muchos casos se realizan pruebas teóricas, prácticas y test psicotécnicos. Y es que, dada la demanda de prácticas y la importancia que ha llegado a adquirir, el proceso requiere una selección muy rigurosa, especialmente en las empresas que tienen un cierto peso en su sector.
Las prácticas pueden encontrarse por muchas vías. Desde la pequeña empresa que, para solventar el vacío que dejan sus empleados en verano, acuden a los centros de estudios en busca del «trainee» o aprendiz, hasta la gran empresa que, a través de acuerdos con las universidades, forman «in situ» a los prometedores profesionales que engrosarán sus plantillas. En este último caso suele tratarse de perfiles muy rígidos que les asegure el profesional ideal para su compañía.
Pero no sólo la empresa es cantera de prácticas. Instituciones públicas, desde ayuntamientos y comunidades autónomas a ministerios, entidades financieras, fundaciones y universidades públicas y privadas, ofrecen la oportunidad de conocer el mundo laboral a estudiantes de últimos cursos y recién titulados.
No hay que olvidar que los meses de verano constituyen el periodo más propicio para que las empresas y otras instituciones realicen sus convocatorias de prácticas.
TRABAJO VOLUNTARIO
El trabajo voluntario está abierto a todo tipo de desempleados. Sin embargo, se debe aceptar como una forma de colaboración y no estancarse en éste como único trabajo. Esta alternativa tiene grandes atractivos y se debe utilizar en ocasiones muy concretas. Básicamente, el trabajo voluntario ?al igual que las prácticas de trabajo- debe ser un arma para quitar del currículum la coletilla «sin experiencia», aunque ofrezca otros alicientes importantes, tanto profesionales como personales.
La concienciación general de la existencia de sociedades menos favorecidas y necesitadas parece ser una constante de los tiempos actuales. En respuesta a esta toma de conciencia, gobiernos y sociedades elaboran planes de acción y crean asociaciones para canalizar toda ayuda orientada a la mejora de las condiciones de vida de los sectores desfavorecidos.
Bien sea en programas de apoyo al desarrollo financiados por los gobiernos o en organismos no gubernamentales, estas instituciones abarcan multitud de sectores: cultural y de tiempo libre, ecológico y de protección del medio ambiente, protección civil y emergencias, de cooperación al desarrollo y ayuda al tercer mundo, en marginación social, de minusvalías y servicios sanitarios, toxicomanías y SIDA, de inmigración, minorías étnicas y derechos humanos, entre muchos otros.
Por supuesto, los trabajos que se pueden desarrollar son muy diversos, incluyendo puestos administrativos, gerenciales, de apoyo, de información, de organización, etc. Sin lugar a dudas todos ellos reportan experiencias difícilmente alcanzables en otros trabajos. De allí que el trabajo voluntario se haya convertido en una pista de despegue para los recién titulados. Es una forma más de adquirir experiencia, puesto que su carácter voluntario no invalida la experiencia profesional que supone.
Cualquier persona puede desarrollar un trabajo en el campo de voluntariado porque cualquier esfuerzo es bien recibido. Con o sin especialización, el trabajo voluntario da cabida a todo tipo de experiencia profesional. El perfil del voluntariado es mayoritariamente joven y en muchos casos, atrae a estudiantes interesados en dedicar su tiempo libre a la labor social. En cualquier caso, todos se mueven por la solidaridad.
La mayoría de las ONG exigen que el voluntariado tenga una motivación interior libre y responsable, espíritu de servicio no compasivo, y una actitud optimista. La labor fundamental del voluntariado es la sensibilización del entorno, despertar la conciencia solidaria de las personas que tienen más cerca y crear un efecto dominó para que esas personas transmitan a otras la importancia de colaborar en la ayuda a los más necesitados.
AUTOEMPLEO
Otra de las alternativas de trabajo es el autoempleo, un concepto bastante más amplio y variado, que puede ser un fin en sí mismo o un medio para adquirir experiencia y encontrar trabajo.
Desde su variante de «freelance» hasta la propia creación de empresa, el autoempleo puede ofrecer al desempleado la oportunidad que estaba esperando. En términos generales, es una salida que los buscadores de empleo no se plantean. Quizás por la idea formada de necesitar un gran capital, quizás por lo complicado del proceso. Pero el autoempleo no sólo es la creación de una empresa, existen formas más sencillas de abordarlo y es importante reflexionar sobre esta alternativa.
Las ventajas de estas alternativas de trabajo son muchas e implican, entre otros valores buscados por los empresarios, una predisposición positiva ante el trabajo, imaginación, iniciativa y capacidad de decisión.
Para una mayor información sobre todas las variantes del autoempleo, así como los pasos del proceso de creación de una empresa, los trámites de carácter general, información legal y tipología de ayudas que se pueden solicitar para convertirse en una u otra forma de autoempleado, véase el apartado «Autoempleo».
Emprendedor en serie y business angel, fundador de IEBS Digital School. Experto en Transformación Digital, Growth Marketing, RPA y Automatización.