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La calidad de la educación en este país está muy por debajo del nivel europeo. Los recortes han contribuido a ello pero el problema es mucho más profundo y empieza con la formación de los propios educadores.
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Formación recortada
En primer lugar, los recortes han afectado a toda la comunidad educativa, incluyendo la universitaria. Los despidos se han multiplicado entre los profesionales de la educación y, como resultado, los profesores restantes han tenido que lidiar, además de con una reducción de su salario, con un mayor número de alumnos a los que educar.
De hecho, los recortes han afectado todos los ámbitos educativos. A finales de mayo de este año, la polémica por las condiciones de los cadáveres de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid saltó a las páginas de todos los periódicos españoles. Institutos, escuelas y facultades de todo el país tienen aulas y otros espacios por reformar, así como una gran cantidad de equipo y materiales (laboratorios, ordenadores, platós, cámaras, etc.), para los que no tienen el suficiente presupuesto.
Alumn@s contectad@s frente a profesores anacrónicos
Por último, la mayoría de grados ofertados por las universidades tienen carencias tanto en lo que se refiere al plan de estudios como los contenidos. Uno de los fallos más transversales en todo el país es la falta de idiomas en todas las carreras. En efecto, la mayoría de grados y másteres anuncian idiomas como el inglés en su programa, pese a que los estudiantes se quejan más tarde de que no se cumple.
Por otra parte, carreras que deberían estar a la cabeza de las innovaciones tecnológicas como pueden ser Informática, Periodismo, Diseño, Arquitectura, Derecho o Dirección Hotelera, muestran graves deficiencias en este sentido. La mayoría de estudiantes afirman tener la sensación –salvo en algunas asignaturas aisladas– de tener más conocimientos que el propio profesor. Así, en carreras de Periodismo, todavía hay por ejemplo, profesores que no saben cómo encender el proyector o el volumen del ordenador. Entonces, ¿Cómo van a salir los jóvenes españoles bien formados si los profesores están totalmente desconectados de los avances tecnológicos?
Los profesores de todos los ámbitos de la educación se quejan de la omisión de asignaturas en los planes de estudio que antes eran esenciales. Pero los estudiantes universitarios también protestan, aunque por todo lo contrario: de la falta de asignaturas y planes de estudio que les preparen para la vida profesional.
