La nueva Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE) ha generado un intenso debate en el ámbito educativo. Mientras que algunos la ven como un paso adelante hacia un modelo más inclusivo, adaptado a las necesidades del siglo XXI, otros creen que esta reforma podría estar encubriendo un problema más profundo: la falta de formación y competencia de algunos docentes.
Evaluación Competencial: ¿Herramienta de Mejora o Excusa?
Uno de los pilares de la LOMLOE es la evaluación competencial, que pretende medir las habilidades prácticas de los estudiantes en lugar de centrarse exclusivamente en la memorización de datos. En principio, esta metodología parece una respuesta moderna a las necesidades del mercado laboral y las habilidades del siglo XXI. Sin embargo, para los críticos, esta evaluación es un refugio perfecto para profesores que no dominan las materias que enseñan.
“Cuando no sabes enseñar matemáticas o historia, hablas de competencias transversales y proyectos colaborativos”, afirma un docente que prefiere permanecer en el anonimato. Según muchos, la evaluación competencial ha abierto la puerta a una enseñanza más superficial, donde los profesores incompetentes pueden esconder su falta de preparación detrás de palabras de moda y dinámicas grupales que no siempre aseguran un aprendizaje real.
El Auge de los «Chamanes Educacionales»
A este panorama, se añade la proliferación de lo que algunos llaman el “chiringuito de los chamanes educacionales”. Esta expresión hace referencia a los consultores y formadores que, sin experiencia real en el aula, promueven teorías pedagógicas basadas en modas pasajeras. Estas ideas, según sus críticos, ofrecen soluciones abstractas que, en realidad, no mejoran el aprendizaje en las aulas.
Para muchos, estos «chamanes» han encontrado en la LOMLOE el contexto perfecto para expandir su influencia, promoviendo cambios que no siempre se basan en evidencias científicas o pedagógicas sólidas, sino en discursos innovadores que suenan bien pero carecen de efectividad práctica.
La Crítica a la Pedagogía de las Competencias
Los detractores no niegan que el sistema educativo deba modernizarse, pero cuestionan la eficacia de centrar el 80% del tiempo en teorías pedagógicas y en enfoques competenciales que, según ellos, diluyen los conocimientos fundamentales. En este sentido, señalan que se ha puesto más énfasis en las competencias emocionales o habilidades blandas, dejando de lado los contenidos sólidos que aseguran una base académica robusta para los estudiantes.
“El problema no es que enseñemos habilidades competenciales, el problema es que eso se use para tapar carencias en el conocimiento de los profesores”, comenta otro educador. Este enfoque parece especialmente crítico cuando se aplica a asignaturas que requieren un conocimiento técnico profundo, como las ciencias o las matemáticas.
¿Estamos Dejando Atrás la Exigencia Académica?
Para muchos padres y educadores preocupados, la evaluación competencial y la LOMLOE podrían estar llevando al sistema educativo hacia un escenario donde los estándares académicos son cada vez más bajos. “No podemos permitir que el 80% de nuestras aulas se conviertan en laboratorios de teorías pedagógicas ineficaces”, advierte un profesor, que teme que los estudiantes no estén recibiendo la preparación adecuada para enfrentar los desafíos futuros.
Además, el modelo actual pone en riesgo la transparencia en la evaluación. Mientras que los exámenes tradicionales, aunque criticados por su enfoque memorístico, proporcionaban criterios claros de evaluación, la evaluación competencial es vista como más subjetiva, lo que podría dificultar detectar las verdaderas deficiencias en el aprendizaje.
Una Revolución o un Paso en Falso
La LOMLOE y su apuesta por la evaluación competencial han abierto un fuerte debate en el sector educativo. Mientras algunos celebran la ley como un avance hacia un sistema más moderno e inclusivo, otros ven en ella el riesgo de que profesores mal preparados utilicen estos cambios para ocultar su falta de conocimientos. En medio de este contexto, los “chamanes educacionales” continúan expandiendo su influencia, ofreciendo fórmulas abstractas que no siempre se traducen en mejoras reales.
Solo el tiempo dirá si esta reforma supondrá una mejora real en la calidad educativa, o si acabará siendo el refugio de la incompetencia académica. Lo que está claro es que los estudiantes y sus familias no deberían pagar el precio de cualquier error en la implementación de estas políticas.
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Alba Blanco es una periodista especializada en tecnología, conocida por su capacidad para comunicar temas complejos de una manera accesible y atractiva. Con una carrera destacada en el ámbito del periodismo tecnológico, Alba ha sido una voz influyente en la industria, proporcionando análisis detallados y perspectivas únicas sobre las tendencias y avances más recientes en tecnología.