Icono del sitio Noticias de educación superior

Educación tradicional vs. aprendizaje basado en competencias: una evolución necesaria

Educación tradicional vs aprendizaje por competencias


En el siglo XXI, la educación enfrenta un desafío crucial: evolucionar para preparar mejor a los estudiantes en un mundo cambiante. Este reto ha impulsado la transición de un enfoque tradicional de enseñanza hacia un modelo basado en competencias. Ambos enfoques tienen sus méritos, pero el aprendizaje basado en competencias promete un cambio que va más allá de la simple transmisión de conocimientos. Es un cambio hacia la preparación integral del estudiante para la vida real y el trabajo en un entorno globalizado.

Un caso de éxito: mi experiencia personal en IEBS

En el caso de IEBS, que es el que puedo contar, tenía claro que lo que íbamos a hacer no se podía parecer a nada de lo que había visto. Si es cierto que aproveché algunas ideas de mi colaboración con CEF, respeto por el alumno y calidad, ISEAD, método del caso y práctica por encima de teoría y Eduard Punset que me inspiró profundamente. Nuestro primer modelo era competencial y práctico hasta que Oscar García Panella me habló de el aprendizaje adaptativo de las matemáticas en EEUU y de cómo hay tres tipos de alumnos, los buenos, los estándar y los rezagados. Los estándar no dan nunca problemas, los buenos y los malos si, los primeros por exigencia y los últimos por frustración.

Que hicimos en IEBS

lo primero que hice fue ofrecer varios niveles en el proyecto de aprendizaje de cada unidad. Para los buenos retos adicionales difíciles y para los malos, el mínimo nivel de aprendizaje necesario para aprobar la materia, y de verdad que algo tan sencillo transformó la experiencia del alumno.

Por otro lado siempre me gustó incidir a todos los alumnos que buscasen su don, que no se preocupasen si algo no se les daba bien, que intentaran comprenderlo sin más y sin embargo en aquellos aspectos donde se sintiesen fuertes se desarrollasen al máximo.

Recordar por ejemplo que los triunfadores en el mundo de la empresa suelen tener grandes habilidades sociales, empatía y destreza comunicativa pero os prometo que de números van justitos 😀.

Por último me emperré en entender en identificar a los buenos, a los estándar y a los malos y contraté a una científica de datos, haya por el 2012 y desarrollamos un algoritmo que clasificaba a los alumnos, monitorizando de forma exhaustiva a los que más apoyo sabíamos que necesitaban e informando a los profesores de cuáles eran los alumnos motrices y cuáles necesitaban apoyo extra.

y todo esto a lo bruto si excesiva base científica, solo la intuición, la experiencia y la educación férrea de dos padres maestros que me hicieron mamar la educación de la buena, a los que dedico este artículo y la obra de mi vida IEBS.

    Cultura escolar: adaptarse a los intereses del estudiante

    La educación tradicional se desarrolla predominantemente en un entorno de aula convencional, donde los estudiantes siguen un currículo uniforme que rara vez se adapta a sus intereses individuales. Este modelo ha sido el estándar durante décadas, pero en un mundo donde la personalización se valora cada vez más, sus limitaciones son evidentes.

    Por otro lado, el aprendizaje basado en competencias rompe con este esquema rígido al ofrecer un entorno de aprendizaje flexible. Los estudiantes pueden participar en experiencias educativas tanto en la escuela como en la comunidad o en línea. Esto permite a cada estudiante seguir un itinerario de aprendizaje que se alinee con sus propios intereses y necesidades, lo que mejora significativamente su compromiso y motivación para aprender.

    Continuidad en el aprendizaje: más allá de los estándares académicos

    En la educación tradicional, el enfoque se centra en que los estudiantes dominen ciertos estándares académicos, lo que generalmente los prepara para la universidad o el mercado laboral. Aunque eficaz en su contexto, este enfoque puede ser insuficiente para desarrollar las habilidades prácticas que el mundo moderno exige.

    El aprendizaje basado en competencias, en cambio, pone énfasis en que los estudiantes adquieran competencias que no solo sean útiles para su educación superior o carrera profesional, sino que también sean aplicables en la vida diaria. Estas competencias están alineadas con objetivos de aprendizaje claros y transferibles, asegurando que los estudiantes no solo memoricen información, sino que también sepan cómo aplicarla de manera efectiva en diversas situaciones.

    Ritmo de aprendizaje: personalización como clave del éxito

    Uno de los mayores desafíos de la educación tradicional es su enfoque uniforme en el ritmo de aprendizaje. Todos los estudiantes deben avanzar al mismo paso, lo que no siempre es ideal para aquellos que necesitan más tiempo para entender ciertos conceptos o, por el contrario, para aquellos que podrían avanzar más rápido.

    El aprendizaje basado en competencias aborda esta problemática al permitir que cada estudiante avance a su propio ritmo. Los estudiantes que necesitan más tiempo reciben el apoyo necesario para dominar los conceptos, mientras que aquellos que avanzan más rápido no se ven limitados por el ritmo del grupo. Este enfoque personalizado no solo mejora la eficiencia del aprendizaje, sino que también ayuda a mantener a los estudiantes motivados y comprometidos.

    Instrucción personalizada: de la lección única a la colaboración

    En la educación tradicional, la instrucción suele ser uniforme, con un profesor que imparte la misma lección a todos los estudiantes, independientemente de sus necesidades individuales. Este enfoque puede conducir a una desconexión entre los estudiantes y el contenido que se les enseña.

    El aprendizaje basado en competencias adopta un enfoque mucho más colaborativo. Los profesores trabajan junto a otros educadores y agentes sociales para crear entornos de aprendizaje que se adapten a las necesidades de cada estudiante. Esto incluye la implementación de estrategias de agrupamiento y la creación de oportunidades de aprendizaje diversificadas, que permiten a cada estudiante seguir un plan personalizado que maximice su potencial.

    Sistema de evaluación: una evaluación continua y justa

    El enfoque de evaluación en la educación tradicional suele estar centrado en momentos específicos del año académico, con un enfoque predominante en la evaluación sumativa al final del curso. Este tipo de evaluación puede ser limitante, ya que no siempre refleja el progreso continuo de los estudiantes.

    En contraste, el aprendizaje basado en competencias incorpora un sistema de evaluación continua, que se integra como parte del proceso de aprendizaje diario. Este sistema permite a los estudiantes demostrar su dominio cuando están preparados, ofreciendo múltiples oportunidades para evidenciar lo que han aprendido. Este enfoque no solo es más justo, sino que también fomenta un ambiente donde los estudiantes se sienten apoyados en su desarrollo continuo.

    Política de calificaciones: enfoque en el dominio individual

    En la educación tradicional, las calificaciones a menudo se basan en una comparación entre los estudiantes de un mismo grupo, lo que puede generar una competitividad innecesaria y presionar a los estudiantes de manera negativa.

    El aprendizaje basado en competencias redefine este sistema al enfocarse en el dominio individual de los objetivos de aprendizaje. Las calificaciones reflejan no solo si el estudiante ha alcanzado los estándares establecidos, sino también su capacidad para aplicar lo aprendido en situaciones reales. Este enfoque promueve una mentalidad de crecimiento, alentando a los estudiantes a seguir esforzándose hasta alcanzar un verdadero dominio.

    Hacia una educación que prepara para el futuro

    El cambio de una educación tradicional hacia un aprendizaje basado en competencias no es simplemente una tendencia pasajera, sino una respuesta a la necesidad de preparar a los estudiantes para un mundo en constante evolución. Este enfoque, que prioriza la personalización, la relevancia y la aplicación práctica del conocimiento, no solo mejora los resultados educativos, sino que también garantiza que los estudiantes estén mejor equipados para enfrentar los desafíos futuros. En resumen, se trata de una educación que realmente prepara para la vida.

    Salir de la versión móvil