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De cómo ser despedido por «culpa» de Facebook

facebook, tuenti, twitterMucho se ha debatido sobre cómo utilizar las redes sociales en la educación, de las malas costumbres, de los peligros que pueden entrañar o de cómo se han convertido en un instrumento más en nuestra comunicación personal.

Lo último que hemos conocido hoy a través de una noticia en «El País», es que la Generalitat ha suspendido durante tres meses a un profesor por insultar a su centro a través de Facebook. El docente propinó toda clase de insultos e incluso amenazas de muerte a la dirección del centro y se estudia su expulsión definitiva.

La pregunta es… ¿cuando se empieza a desdibujar el límite entre lo público y lo privado en una red social? ¿Cómo se tiene que intervenir desde la propia web para acabar con estas prácticas?

Si se utilizan bien, las redes sociales son un vehículo de comunicación inmediata, que nos ofrecen una calidad de interactividad no conocida hasta ahora. Desde aplicaciones educativas, hasta profesionales o simplemente mero ocio; las redes sociales son un medio de comunicación muy potente al que aún le queda mucho por evolucionar.

Pero si en vez de utilizarlas con ese fin las utilizamos para criticar, insultar y exponer nuestra opinión sin ningún tipo de respeto, las redes sociales se pueden convertir en un instrumento peligroso, dada la gran magnitud que puede alcanzar su actividad y a la cantidad de personas que pueden llegar en poco tiempo.

El caso de este profesor puede parecer un caso aislado, pero no es así. En EEUU existen una red social llamada Formsprign en la que los usuarios pueden dejar preguntas de forma anónima y en la que a pesar de las advertencias de los gestores de la web, los usuarios han asumido una metodología de insulto. Esta red fue creada a finales de noviembre de 2009 y ya ha alcanzado los 135 millones de visitantes y las más de 500 millones de preguntas contestadas.

Los expertos han criticado el mal uso que a veces los alumnos dan a las redes sociales y las prácticas que algunos adolescentes llevan a cabo a través de estas plataformas. El control de padres y profesores es fundamental en este aspecto. Pero, ¿que ocurre cuando los propios profesores no saben darles un buen uso?

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