Con el final del verano, llegan también los temidos exámenes de septiembre. De lo que te queremos hablar en este artículo es de cómo preparar los exámenes de septiembre para ayudarte a conseguir el éxito. Aunque el mayor esfuerzo lo tienes que hacer tú, según 20 minutos, los expertos también indican que existen factores externos que debes tener en cuenta para hacer más cómodo y eficaz ese tiempo de estudio.
Lo primero que tienes es acondicionar el lugar de estudio. Es importante que la habitación que utilices te permita concentrarte, por lo que el ruido ambiental debe ser el mínimo y, sobretodo, que esté bien iluminada y ventilada. La mesa de estudio debe evitar que adoptes una postura inclinada y es conveniente que esté situada enfrente a una pared o ventana sin vistas, para evitar las distracciones. Se recomienda además que los brazos siempre queden encima de la superficie de la mesa formando un ángulo de 90 grados con el codo. En cuanto a la silla, lo ideal es que sea regulable y que te permita tener la espalda recta para disminuir las posibles molestias musculares en las lumbares.
Otro de los factores que debes tener en cuenta es dormir al menos siete horas. Según los expertos, por la mañana es cuando se consigue el máximo rendimiento, decrece por la tarde y, continúa decayendo por la noche. De este modo, resulta más conveniente estudiar la mayor parte de la materia al principio del día y dejar lo más fácil o incluso el repaso para la última hora de la jornada.
Durante estas maratones de estudio, es necesario que realices descansos de 10 minutos cada hora y comer hidratos de carbono, fruta o pan. Debes saber que la atención es máxima durante los primeros 45 minutos, pero a partir de ese momento la eficacia disminuye.
También se recomienda evitar los estimulantes, como la cafeína, que aunque da la sensación de aprovechar el tiempo, en realidad lo que hace es ocultar el cansancio por lo que puede perjudicar tu salud. Lo cierto es que lo que no debes dejar de tomar son frutas y vegetales par potenciar la memoria y la retención de lo aprendido. De esta manera, para evitar olvidar lo que se ha estudiado, lo mejor es comprender lo que se estudia y luego repasar. Por último, sólo recomendarte que realizar al menos dos repasos es lo mejor que puedes hacer para facilitar la retención de los conocimientos.
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